ANCIANOS EN PELIGRO
El coronavirus está poniendo a prueba, sin duda, nuestros principios, valores y humanidad compartida, sin duda, al finalizar esta etapa seremos diferentes, no sé si mejores, pero si diferentes, estos días de confinamiento debemos aprovecharlos para reflexionar sobre diversos temas tanto los que nos tocan de manera individual como en colectivo.
Y en este repensar la situación que estamos viviendo, nos enfrentamos a un derecho humano consagrado en tratados internacionales y en nuestra Constitución: el Derecho a la Salud. Dentro de este rubro, me conmueve un caso especial, los ancianos, posiblemente porque por mi edad 64 años ya estoy más cerca de ellos y me siento también vulnerable. Son alarmantes los reportes de personas mayores abandonadas en asilos, o de cadáveres sin reclamo en las mismas instituciones. Se trata de algo inaceptable”, enfatizó este viernes la experta en el goce de los derechos humanos por las personas de la tercera edad o las noticias no comprobadas de que los médicos italianos tuvieron que escoger entre quienes tenían más posibilidades de sobrevivir y eran jóvenes, sin diabetes, hipertensión, obesidad u otros factores de riesgo, eutanasia legal.
Este colectivo es también uno de los más proclives a adquirir el virus puesto que tienen necesidad de cuidados o asistencia, además de que muchas viven en entornos de alto riesgo, como las residencias geriátricas. En este contexto hay una gran preocupación por los ancianos que tienen padecimientos extras podríamos decir que los hacen ser carne de cañón, también por los que han sido excluidos de la sociedad y viven en la pobreza, con acceso limitado a los servicios de salud o en espacios de confinamiento como prisiones o asilos.
Frente al COVID 19, las personas mayores están muy expuestas, y no hemos escuchado de parte de ellos sus preocupaciones u opiniones, al contrario se ha evidenciado el desprecio de las sociedades por la vejez y nos encontramos con noticias de ancianos que han muerto solos en sus casas o en los cuartos de los albergues.
La cuarentena ha intensificado las medidas de distanciamiento, las familias no pueden visitar a sus ancianos, es aquí donde debemos insistir en la necesidad de otros mecanismos como las redes sociales para posibilitar la comunicación, que se sientan acompañados, es en este contexto donde más que nunca, debemos insistir que la distancia social no debe convertirse en exclusión social.
Coincidido con Maggie Kuhn, fundadora del movimiento de las Panteras Grises, quienes lucharon contra la discriminación por motivos de edad, que veía en las personas mayores a seres incapaces, obligados a separarse de la vida activa en sociedad y a esperar a la muerte. Acusaron a los gerontólogos de promover esa idea del anciano incapaz y trataron por primera vez de manera abierta temas como la sexualidad en la tercera edad, escandalizando a la sociedad del momento (1970), ella decía:
“Hay seis mitos sobre la vejez: 1. Que es una enfermedad, un desastre. 2. Que no somos conscientes. 3. Que somos asexuales. 4. Que somos inútiles. 5. Que no tenemos poder. 6. Que todos somos iguales. “-