Publicado en Diario Ultimátum
La pobreza es la compañera inseparable de la humanidad desde sus orígenes, y se encuentra en todos los países, en todas las edades, y golpea con fuerza desde antes de nacer, madres que no puedan dar a luz a sus hijos en buenas condiciones por la desnutrición que padecen, la pobreza es un fenómeno que no podemos negar y ha sido abordada por el cine desde diferentes ángulos, su propósito es el de provocar en el auditorio una reflexión comunitaria, reivindicativa.
Uno ejemplo de esta categoría es Los Olvidados de Luis Buñuel, el cineasta era español, pero comprendía en su totalidad el México de la década de los 50, y la cinta Los olvidados es la prueba más grande de esto. Retratar a los grupos más vulnerables, sobre todo a los niños que viven en condiciones de miseria, no es nada sencillo por una simple razón: se apela 100 por ciento a las emociones humanas y se deja de lado, muchas veces, la objetividad del tema. Sin embargo, Buñuel con un lente surrealista y la idea de que el cine sirve para eso, logró darle a México una de las mejores películas que dejan ver la realidad de los niños y jóvenes pobres dentro de una ciudad improvisada para ellos.
El año pasado en Cannes se presentó Sorry we missed you (Reino Unido, 2019), en la que se muestra a una familia luchando contra la adversidad. La necesidad de superar esta situación es lo que motiva a Ricky y su familia ha empezar de nuevo y armar un negocio familiar para salir adelante: una franquicia de entregas a domicilio. “Sorry we missed you” narra en primera persona los distintos problemas que enfrenta una familia que intenta superar la pobreza y al mismo tiempo, mantenerse unida.
Hoy tenemos en esa categoría Parásitos del director surcoreano Bong Joo Ho, galardonada con el Oscar, la Palma de Oro en Cannes y los Globos de Oro, y en tono de humor negro y de horror, se narra la vida de dos familias: la historia los Kim, que vive en un pequeño sótano en condiciones absolutamente precarias, que intenta sobrevivir como puede con trabajos temporales y los Park una familia de clase alta, a la largo del film, sus vidas se entrecruzan y culminan en una tragedia.
Cuando vi la película Parásitos del director coreano lo que más me impresionó fue el tema de los olores, que el olor defina tu clase social, ser pobre significa que traes contigo en tu piel, el olor de la pobreza, de vivir en los “semi¬sótanos”, donde la humedad es la reina, mientras que si perteneces a una clase acomodada a tu paso dejaras una estela aromada por Dior, Victor & Rolf o Lowe.
Sí, son surcoreanos y no hablan nuestro idioma, pero las aventuras y desventuras que viven a lo largo de la cinta hacen que te identifiques con ellos casi sin quererlo. Una familia en lo más bajo de la sociedad, con personajes muy diferenciados, pero que actúan unidos; y a los que podrías encontrarte en cualquier esquina, da igual la ciudad.
Ahí reside la importancia de la película, es una historia universal sobre los aspectos más duros del capitalismo salvaje o la lucha de clases, y añade otro elemento la locura. La locura hace su aparición en el desenlace de la trama lo que provoca la tragedia.
Para entender Parásitos, es necesario verla, no es posible resumir el argumento, la historia tiene su laberinto, no es lineal, tienes que sentir las emociones y por supuesto oler la pobreza.
Si Parásitos nos sorprendió, Hollywood, mas, pronto veremos Parásitos convertida en una miniserie y se trasmitirá por HBO, lo que aún no sabemos es quienes serán los actores, se conservaran a los originales o tendremos Parásitos, made in Hollywood.