Publicado en Diario Ultimátum
Al conectarnos a las redes sociales, al estar inscrita en Netflix, al responder a una encuesta, estamos proporcionando a ese monstruo que es la nube o no sé como llamarle esa plataforma, repositorio, Big Data, información personalísima de nuestros gustos, ingresos, domicilio, hasta el nombre de nuestra mascota, lo cual le permite a este mecanismo, conocernos más que nuestra familia. Gracias a ello, Netflix te envía una lista de películas o series que considera que serán de tu agrado, Facebook te remite información de acuerdo a lo que ha “observado” que es de tu interés y Tinder lanza sus flechas de Cupido, no al al azar, sino de acuerdo a un algoritmo.
Qué saben de ti: cada información que proporcionamos vamos dejando una huella, datos importantes para los grupos de análisis que los utilizan para diversos propósitos entre ellos los más conocidos comerciales y electorales. Dado que existen millones de internautas, la información se ordena en algoritmos que están ahí disponibles para ser usados, esta información se extrae como hemos señalado de cada like que das, en las búsquedas, en cada post, cada mensaje que tuiteas o foto que subes en Instagram y no lo dudo que ingresen hasta lo más recóndito de tus mensajes de WhatsApp. Frente a tu perfil conformado por todos estos datos, también se crea el antiperfil, al comparar ambos se determina si se puede o no influir en nosotros.
Por otra parte están los bots, bot (aféresis de robot) es un software que sirve para comunicarse con el usuario, imitando un comportamiento humano Estos programas funcionan dentro de otras aplicaciones y dan información y ayuda al usuario. Algunos bots tienen una inteligencia artificial más sofisticada y tratan de imitar el lenguaje humano en toda su complejidad, llegando a mantener conversaciones.
Si no fueran suficientes los bots, tenemos los trolles, un troll es un usuario que se dedica a publicar contenidos ofensivos o falaces en Internet, con la intención de generar un clima negativo en una comunidad virtual o de distorsionar la realidad. El concepto se utiliza también para nombrar a las identidades falsas que se emplean en la red para difundir información errónea de manera anónima.
No pasaría nada si esta información se utilizara solo con propósitos comerciales, lo peligro del caso es que se usa para manipular las emociones, para que decidas por tal o cual candidato o candidata u otra decisión que afecte a tu país, como fue el caso de los ingleses con el Brexit.
Lo curioso del asunto es que nos hemos enterado de la relación perversa entre Cambridge Analytica y Facebook que rompe con nuestros sueños románticos de lo que debe ser una elección democrática y sin embargo seguimos adictos al Facebook, quienes están detrás de esta red social faltaron a principios éticos empresariales, rompieron a un acuerdo con los usuarios que sus datos estaban protegidos, o diremos en México, esto paso en Reino Unido, no en nuestro país, pero yo no estoy tan segura que no estemos siendo manipulados en forma sofisticada y un día nos enteremos cuando sea demasiado tarde.
Brittany Kaiser, una consultora política novata especializada en derechos humanos y relaciones internacionales, quien trabajó en lo que era una nueva nueva empresa de comunicación política Cambridge Analytica, desnuda los peligros a los que nos enfrentamos las personas usuarias de las redes en un libro que es importante leer “La Dictadura de los Datos”
Lo que empezó como un trabajo como cualquier otro, pronto se convirtió en pronto se convirtió en algo siniestro: sus esfuerzos para construir la compañía líder en la ciencia de los datos personales culminaron con la elección de Trump como presidente, sin olvidar el controvertido papel que jugó Cambridge Analytica en el referéndum sobre el Brexit y que tanto afectaría a Reino Unido y al resto de Europa.
Durante el proceso fue testigo de cómo esta industria sin regulación alguna se convertía en un enorme riesgo para la privacidad y para las elecciones libres, llevándola al final a revelar públicamente la verdad de su experiencia en Cambridge Analytica y cómo los Big Data están minando la democracia en todo el mundo.
El texto desnuda el negocio del Big Data, y nos envía una advertencia: si no cambiamos la forma en que se tratan nuestros datos, nuestra democracia nunca volverá a estar a salvo y yo agregaría que si 1984, el libro de Orwell nos pareció aterrador, lo que nos amenaza es aún más perverso-
¿Caminamos mansamente hacia una sociedad de vigilancia masiva en la que se manipula la información para tener a la gente controlada, tal y como refleja la novela?
Se los dejo de tarea, y espero que me den muchos “me gusta”.