Son muchas las maneras en las que a las mujeres se nos invisibilisa en la historia de nuestro país y de todas las sociedades. La principal es la posición marginada y subordinada en la que se nos coloca por el simple hecho de ser mujeres. Cuando pasamos por la calle de los próceres parece que en la época de la independencia no había mujeres, y si las había, estaban escondidas en sus casas, pero la realidad no fue así, no aparecemos las mujeres, porque de forma consciente o inconsciente, se las ha borrado de la memoria colectiva. Así ha pasado con otros hechos históricos, incluso los más recientes. Se nos roba la propia historia, y con ello no nos podemos sentir herederas de otras mujeres, ni herederas del mundo. La memoria es uno de los pocos recursos que tenemos las mujeres de defendernos de la historia que siempre la escriben los vencedores.
Invisibilizacion de la mujer significa que no suele reconocerse su participación en las actividades productivas o en actividades comunitarias (Como incorporar la perspectiva de género en la comunicación: Olga Bustos,2004).Un ejemplo lo encontramos en los cuatro tomos de la historia contemporánea de México, coordinada por Lorenzo Meyer e Ilán Bizberg y publicada por el Colegio de México, ni siquiera en un inciso se incluyó la participación de las mujeres, Lorenzo Meyer reconoció su grandísima culpa Les voy a ser muy sincero porque no se nos ocurrió(sic y resic)
El presente texto pretende rescatar de la orfandad a una serie de mujeres chiapanecas, que vivieron en dos épocas importantes la independencia y la revolución, las cuales yacen anónimas o poco reconocidas en el panteón de la historia local.
Pero antes de adentrarnos en la historia de nuestros ancestros es importante señalar que el hecho de la anexión de Chiapas a México, nos hace compartir héroes y heroínas comunes, tanto en la independencia o en la revolución., ambos procesos presentan la entidad momentos que los hacen únicos.
El 28 de agosto está considerado como día de la Independencia de Chiapas. El suceso independentista e histórico se gestó en Comitán, en el año de 1821, cuando aún no se había consumado la independencia de México. Y es cuando se escucho la voz libertaria de Fray Antonio Matías de Córdova y Ordoñez, convocando a la ciudadanía comiteca, a luchar por la libertad. Es probable que Fray Matías se haya inspirado en Hidalgo, Morelos y Guerrero y observando que ya no era factible que Chiapas siguiera bajo el dominio de España, tomó la decisión de enarbolar la causa libertaria, extendiéndola a todo el estado chiapaneco y por consiguiente a los países centroamericanos que secundaran y proclamaran su independencia, es por eso que Chiapas fue ejemplo en esta lucha libertaria.
Llegada la hora de la acción, algunos se mostraron temerosos de perder privilegios se presentaron discrepancias y discusiones entre los asistentes y es ahí donde se dejó escuchar la voz de Josefina Manuela García Bravo; “Si usted, Padre Córdova nos autoriza, podemos las mujeres hacer un trato con los caballeros y es que ellos se queden aquí en la ciudad cuidando de las casas y de los niños y nosotras marcharemos a la frontera, en el caso de que Guatemala no secunde nuestro movimiento de insurrección”.
Es fácil imaginarse la reacción de los asistentes, pues mientras todas las mujeres se ponían de pie apoyando a la resuelta joven, los señores importantes dijeron que no habían sido bien interpretadas sus palabras y pidieron, más bien dicho exigieron, que se levantara el acta de independencia para firmarla de inmediato, y a la vez ofrecieron colaborar con armas y dinero, así como personalmente en la empresa que de común acuerdo iban a realizar.
Y es ahí donde surge nuestro primer obstáculo, cuando hemos tratado de indagar más datos sobre nuestra heroína, nos encontramos que estos andan perdidos en algún obscuro archivo, solo encontramos sus palabras donde arenga a los comitecos a empuñar las armas de libertad. Existen rumores, no sé si provocados por la envidia, porque nuestra antepasada los mando a la cocina y a cuidar niños de que esta no es más que un mito, que fue inventada para le hiciera compañía a Leona Vicario y a Josefa Ortiz.
De esta época se menciona a otra comiteca María Gandulfo, podríamos decir que fue una de las primeras filántropas, ya que donó su fortuna para realizar obras de servicio social como el primer hospital, la obra de Gandulfo se enmarca en la necesidad que nos han creado de servir a otra como única manera de trascender.
En el periodo comprendido de la consumación de la independencia de Chiapas y su anexión a México y la revolución mexicana, al revisar la historia local y los diccionarios biográficos, nos encontramos que hemos sido ignoradas y que pocas han logrado pasar el escrutinio que ha sido más benévolo con los varones.
De las que han logrado pasar el examen tenemos a María Adelina Flores Morales (1895-1963), profesora normalista, funda el Colegio La Enseñanza, así como diversos centros de estudios como la escuela Normal. Perteneció a la Sociedad Científica, Literaria y Artística de San Cristóbal. Publico y dirigió el periódico Rayito de Luz.
Originaria de Pichucalco, tenemos a la periodista y escritora Carmelina Pacheco de Haedo, autora de los textos El Enganchador y a Orillas del Grijalva. Otra escritora Blanca Lydia Trejo, comiteca, colaboradora de la Revista de Occidente y Cónsul en Barcelona, escribió entre otros cuentos, uno titulado La Marimba.
A principios del siglo XX, Chiapas vivía aislado del resto del país, las carreteras eran mínimas y el viaje a la ciudad de México era una odisea, por lo que los hechos políticos que ocurrían en el Centro del país, no eran significativos para la vida de los habitantes del estado, mientras que en otras entidades se gestaba la revolución mexicana, en nuestro estado Tuxtla y San Cristóbal (1911) se enfrentaban en lo que se llamó la Guerra de Castas, narrada por Luis Espinosa en el libro Lazos de Sangre (Historia de dos Ciudades), en el texto se cita la creación de la Cruz Roja y la Cruz Blanca neutral y enlista a una serie de mujeres de ambos bandos quienes se ocuparon de los heridos.
Avanzada el movimiento revolucionario en otros partes del país, ya en plena etapa constitucionalista en que los caciques y finqueros chiapanecos, en respuesta a la avanzada de Carranza, que pretendía imponer el gobierno constitucionalista en la región, iniciaron un movimiento opositor el mapachismo que dio como resultado un ejercicio violento que sumió a Chiapas en un retraso que tiene efectos hasta hoy en día. Tiburcio Fernández Ruiz, en los valles centrales, y por Alberto Pineda, en los Altos, encabezaron un movimiento rebelde de corte reaccionario contra las reformas del carrancismo.,se alzaron con la victoria, controlaron el poder y cancelaron toda posibilidad de reforma social, sobre todo en lo que respecto a la servidumbre y el reparto agrario.
A pesar de la distancia los chiapanecos y las chiapanecas tomaron partido por los diferentes grupos o facciones: Florinda Lazos León, En 1911 acompañó a su tío, el ingeniero Manuel Lazos, y a los demás miembros de una comisión chiapaneca cuando se entrevistaron con Francisco 1. Madero en San Juan Bautista. Tabasco. Ingresó al Centro Antirreeleccionista de México cuando presidía esta agrupación Antonio Herrejón López. Con motivo de la usurpación huertista se incorporó a las fuerzas zapatistas en la división del general Ángel Barrios; ahí sirvió como correo. Prestó también sus servicios como enfermera del Ejército Libertador del Sur con el coronel Prudencio Cassals, jefe de los servicios médicos en San Pablo Oxtotepec, Chiapas.
Cleotilde de López, originaria del pueblo de Tecpatán, Chiapas. Esposa del capitán Filemón López Frent, que militaba en la Brigada Cal y Mayor, y madre del capitán Fidel S. López y del subteniente Jaime A. López. Sirvió como correo en favor de la causa zapatista en Chiapas. Dos veces al año viajaba hasta el cuartel de Cuautla, Morelos, llevando consigo correspondencia comprometedora. Encubría sus actividades de correo y espía haciéndose pasar por comerciante en pequeño. En la primavera de 1919 llevó al campamento del general Rafael Cal y Mayor, en Pozo Colorado, Chiapas, la noticia del asesinato de Emiliano Zapata.
María Teresa Rodríguez, coiteca, maestra de educación primaria. Perteneció a varias organizaciones políticas como el Partido Democrático en 1908 y el Partido Antirreeleccionistas en 1909. En 1912 perteneció al Partido Maderista Constitucional Progresista. A los pocos días del golpe de Estado del general Victoriano Huerta, tomó parte en la protesta del Diario del Hogar en contra de la usurpación, Venustiano Carranza le otorgó el grado de coronel del Ejército Constitucionalista. En diciembre del mismo año se le comisionó para reclutar hombres y difundir propaganda revolucionaria en los estados de Chiapas y Veracruz.
Originaria también de Ocozocuautla de Espinosa tenemos a dos destacadas mujeres Delina Salgado Palacios, maestra normalista, que participa en el Frente Único Pro Derechos de la Mujer y Fidelia Brindis Camacho, Hija de Francisco Brindis, de ideología liberal, y de Úrsula Camacho. Estudió en su tierra natal y posteriormente en Tuxtla Gutiérrez, Chiapas, donde recibió su título de maestra normalista el 3 de diciembre de 1914. Desde 1910 se distinguió corno ferviente maderista. En 1914 apoyó con recursos económicos a Luis Espinosa, cuando éste se levantó en armas contra e! régimen del general Victoriano Huerta. Fundó en 1917 el periódico El Altruista, órgano de la Sociedad Filantrópica de Tuxtla Gutiérrez, que promovía la educación de la mujer y la confraternidad en el gremio del magisterio. En diciembre tuvo una participación destacada en el Segundo Congreso Pedagógico organizado por el gobierno de ese estado. Sirvió en el campo de la educación durante 43 años; participó en los movimientos para crear el seguro del maestro y la Dirección de Pensiones Civiles y pugnó por una Ley de Inamovilidad del Magisterio. Donó sus bienes a la Secretaría de Educación Pública del estado chiapaneco, disponiendo que dos terrenos sirvieran para construir una sala de conferencias y eventos culturales para la juventud y otro para la construcción de una escuela que debería llamarse Defensores de la Libertad; cedió otras propiedades al Ayuntamiento para que se erigiera ahí una casa para ancianos. Su biblioteca particular, de unos cinco mil volúmenes, fue donada a la Universidad de Ciencias y Artes de Chiapas. Autora de Biografía del C. Teniente Coronel Luis Espinosa, gran revolucionario (1910-1920)
Sin ser chiapaneca merece ser nombrada en estas páginas María Hernández Zarco, quien siendo una joven trabajadora de la imprenta de Adolfo Montes de Oca, de origen chiapaneco, a espaldas de este colabora en la impresión del discurso del doctor Belisario Domínguez, Senador de la República. Domínguez quedó conmovido por la valentía de la joven, de apenas 14 años de edad, agradeciendo su valiosa participación en la difusión de su mensaje, “para honra y gloria de la mujer mexicana
Como un parteaguas en la historia de la lucha de los derechos políticos y sociales de las mujeres en la región sureste del país y que trascendió a nivel nacional tenemos en 1917 el Primer Congreso Feminista de Yucatán, 700 mujeres apoyadas por el gobernador yucateco Salvador Alvarado discutieron durante cuatro días sobre los medios sociales necesarios para manumitir –liberar con solemnidad– a la mujer del yugo de las tradiciones.
Los temas a tratar fueron, para su tiempo, de enorme importancia:
Primero: liberación de la mujer del yugo de las tradiciones.
Segundo: las funciones públicas que pueden y deben desempeñar las mujeres.
Tercero: el papel de la educación en la reivindicación femenina.
Cuarto: reformar las constituciones local y federal para permitir que las mujeres mayores de 21 años puedan ocupar cargos en el gobierno.
Un tema que se planteado en el Congreso y que aun hoy levanta ámpula es el aborto, Elvia Carrillo Puerto impulsa el derecho de las mujeres al aborto legal por razones socioeconómicos, este aspecto estaba contemplado a las causales por las cuales se permitía el aborto legal en Yucatán, lo que colocaba a esta entidad en una posición de avanzada, sin embargo, a raíz de la oleada de conservadurismo y retroceso en los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres, se derogaron estas causales a pesar de que el estado de Yucatán está gobernado por una mujer Ivonne Ortega
Consecuencia de este Congreso fue el hecho de que en varias entidades se le concedió el voto a las mujeres, entre ellas Chiapas:
El día 17 de mayo de 1925, a las cinco en punto de la tarde, los chiapanecos de todo el Estado, escucharon sorprendidos, en bando solemne, el Decreto número 34, firmado por el Gobernador Provisional, licenciado César Córdova, que en su artículo único decía:
“ARTÍCULO ÚNICO.- Se reconoce a la mujer, de los 18 años en adelante, en todo el territorio del estado de Chiapas, los mismo derechos políticos del hombre, en consecuencia, tiene el derecho de votar y ser votada para los puestos públicos de elección popular, cualesquiera que estos sean”.
Los considerandos que justifican el otorgar el voto a la mujer, están perfectamente razonados y hacen mención de los conceptos fundamentales que se han venido sosteniendo a favor del sufragio femenino: Se refieren a las injusticias que existieron en las sociedades antiguas, en las que se consideraba a la mujer como un bien mueble, con denigrante subordinación al hombre, “quién las trataba con el mayor despotismo, sin concederle derecho alguno”, situación que se debe superar; habla de la importancia que tiene la mujer en la vida moderna, de su capacidad intelectual y moral, circunstancias que la hacen figurar en los campos de la ciencia, del arte y de la política; de sus condiciones fisiológicas y sicológicas que en muchos aspectos son superiores a las del varón como sucede en el caso de su resistencia orgánica y “en su gran perspicacia para resolver difíciles problemas de la vida social, política y científica”, y que, por su propia naturaleza, “tiene capacidad para embellecer y ennoblecer (la vida), rara habilidad que le hace penetrar en las cuestiones políticas y llevar así el respeto, la cortesía y las consideraciones”.
No cabe duda que el autor de este decreto tenía un conocimiento amplio de la polémica sobre el feminismo, y gran preparación en los asuntos culturales y sociales.
El decreto de cuenta, se encuentra firmado por el Diputado Presidente, Ricardo Alfonso Paniagua; por el Diputado Secretario, José Bustamante G., y por el Diputado Pro-secretario, Arturo J. Lara. José Casahonda Castillo, autor del texto Feminismo en Chiapas, señala: Pensamos, que por sus antecedentes y su capacidad para tratar los problemas sociales, Don Ricardo Alfonso fue el autor de la mencionada ley.
Con el Decreto No. 34, Córdoba logró que Chiapas fuese el primer Estado en México en otorgar plenos derechos de ciudadanía de las mujeres y el cuarto estado en conceder a las mujeres el derecho al voto, veintiocho años antes de sufragio femenino completo fue declarada a nivel nacional en México. Mientras que este importante precedente en la política mexicana ha sido en gran medida ignorado por los historiadores, no fue olvidada por los defensores de sufragio en México en los años que siguieron. Durante los debates del Congreso, sobre los decretos de sufragio federal propuesto en las décadas posteriores, precedente de sufragio de Chiapas fue invocado como un ejemplo de la exitosa de la inclusión de mujeres en la vida política mexicana, en el debate en la Cámara de Diputados, en la prensa y por las sufragistas prominentes.
1925
EL Decreto de Chiapas del sufragio femenino fue notablemente diferente a las enmiendas de sufragio federal que se pasará en México en los años posteriores, en varios aspectos importantes. En primer lugar, fue un decreto, mientras que todas las medidas de sufragio femenino federal se llevaron a cabo por la enmienda constitucional, que permitieron a las mujeres tener su primera votación en las elecciones municipales en 1947 y, a continuación, en las elecciones nacionales, con la concesión de la ciudadanía plena a las mujeres en 1953.
En segundo lugar y más significativamente, liberación de Chiapas, de las mujeres se produjo en un momento de gran agitación política y la incertidumbre en el Estado, en contraste con las medidas de sufragio federal, que se caracterizan por su temporización cauteloso y largo debatidas preocupaciones por parte de los legisladores sobre su potencial de efectos desestabilizadores sobre la política nacional y la vida de familia mexicana. El hecho de que el sufragio en Chiapas mientras tanto llegó sobre en un periodo de luchas políticas en el Estado es una consideración importante aquí, porque en muchos aspectos fue precisamente en este momento de inestabilidad que tanto inspirado y activado César Córdoba (asume aquí que han venido actuando en nombre de su aliado, el entrante Gobernador General Carlos Vidal), para declarar a las mujeres a ser ciudadanos de pleno derecho de Chiapas como su último acto en el cargo de gobernador en 1925.
La historia de cómo Vidal finalmente llegó al poder en el Chiapas está íntimamente ligada a la historia del sufragio femenino en el Estado y que él asumió el cargo sólo unos días después de la liberación de la mujer chiapaneca de ninguna manera es una coincidencia.
Carlos Vidal fue un plantador de Pichucalco, quien primero se hizo conocido como fuerza política en su ciudad natal, cuando abogó por la anexión de Pichucalco a Tabasco en 1911 (Benjamin 1996: 103). Vidal rápidamente se involucró en la política nacional y regional y los movimientos militares en la estela del caos político que descendió sobre el Estado a raíz del asesinato de Madero. Vidal y su hermano Luis eran de hecho entre los primeros chiapanecos a punto de salir contra el régimen de Victoriano Huerta y por los constitucionalistas. En 1915, Vidal luchó en Veracruz con por lo menos de quinientos hombres bajo su mando (Spenser 1988: 80 – 81). Vidal y sus hermanos siguieron participando en las filas constitucionalistas en el sureste, sirviendo primero bajo el general José Agustín Castro cuando llegó a Chiapas como procónsul del primer jefe Venustiano Carranza y luego a sí mismo como un procónsul de Carranza, primero como gobernador y comandante militar en Quintana Roo en 1917 y luego como gobernador provisional de Tabasco desde 1918 a 1919 (Gordillo y Ortiz de 1999: 73). Él poco después volvió a luchar en Chiapas bajo el General Salvador Alvarado, en1918.
Vidal se postuló para gobernador de Chiapas por primera vez en 1920, inicialmente como un Carranza y constitucionalista y perdió ante el líder de la soberanía pro-estatal, movimiento de mapachista, anti-Constitucionalista en el Estado, Tiburcio Fernández Ruiz. Fue la rebelión de Agua Prieta contra Venustiano Carranza que efectivamente trajo las aspiraciones para gobernador de Vidal en 1920 a su fin, como consideraciones políticas nacionales llegaron a prevalecer sobre las rivalidades locales. Vidal se reunió con Fernández Ruiz en febrero de 1920 y firmó un Pacto en el que reconoció Fernández Ruiz como el líder del movimiento revolucionario en Chiapas a cambio de apoyo de Fernández Ruiz de Obregón y Agua Prieta.Con este respaldo nacional, recién, Fernández Ruiz fue posteriormente capaz de consolidar aún más su poder dentro del Estado y se convirtió en gobernador en 1920. Una serie de políticos de alianzas y compromisos jugó un papel en la asunción a la gobernación de Fernández Ruiz no eran para siempre. En esa campaña, cambios en los alineamientos políticos Vidal probaría que decisivo para su éxito en la consecución de la gubernatura su capacidad y su voluntad de dar a las mujeres chiapanecas el derecho al voto.
El Decreto de los derechos políticos y electorales de la mujer al final de su breve mandato como gobernador breve puede verse dentro de un proyecto más amplio de la reforma electoral y la renegociación y no fue último acto casual o un capricho político premeditada.
El decreto mencionado en páginas anteriores fue sin duda radical para su tiempo, particularmente en el contexto nacional. Sin embargo, algunos de los conceptos utilizados en las justificaciones del Decreto, no fueron de ninguna manera nuevas o revolucionarias. Incluso los legisladores de Chiapas, quienes apoyaran el decreto y mantuvieron dentro del derecho de estado en la teoría, se hizo como una demostración y una declaración de la igualdad jurídica y política de hombres y mujeres, este decreto de igualdad de género se basaba fundamentalmente en la presunción de la diferencia de género inherente: “se reconocen que tienen los mismos derechos políticos que los hombres”. El razonamiento detrás de este reconocimiento, sin embargo, se basó en las características de una visión de esencia de la mujer chiapaneca: su vigor es en su moral, su fuerza está en sus encantos femeninos y su nobleza inherente y gracia servirá para calmar y embellecer el caos y la fealdad de la esfera política. Significativamente, la primera consideración del Decreto es que esta mujer esencia está comprometida y participa en las esferas públicas y política específicamente en términos de sus relaciones con los hombres en su vida: ella es una esposa y una madre y una hermana y una hija. En resumen, el Decreto argumenta que se concede a las mujeres estos derechos no a causa de un derecho natural a la ciudadanía política, sino debido a una feminidad natural que tenía el potencial para mejorar el mundo moralmente corrupto y violento de la política fundamentalmente masculina.
Esta no fue la primera o la última vez que justificaciones como estas se usaría para argumentar para la liberación de las mujeres mexicanas. El General Salvador Alvarado racionalizada del mismo modo que las mujeres servirían como una fuerza moralizante en la esfera política, justo como lo hicieron en la esfera doméstica, en su capacidad como procónsul constitucionalista de Yucatán, donde organizó el primer Congreso feminista de Yucatán en 1916. (Alvarado también vio los beneficios potenciales de traer un nuevo segmento de la población al ámbito político). En 1947, cuando a las mujeres se les dio el derecho de voto a nivel municipal en México bajo el Presidente Miguel Alemán, muchas de estos argumentos se dieron para la inclusión de la mujer en la vida política mexicana, incluyendo una consideración del mismo modo que describe la capacidad “moralizante” de las mujeres mexicanas, que potencialmente podrían beneficiar a la arena política. En 1953, Presidente Adolfo Ruiz Cortines también haría un argumento que los derechos políticos de la mujer deben basarse en su moralidad categórica y “abnegación” (Buck 2002: 571 – 572).
En su estudio seminal de 1963 del sufragio femenino en México, Ward M. Morton cita a Ruiz Cortines como defender el Decreto federal de 1953 del sufragio emitido durante su mandato presidencial haciendo referencia al “favorable” resultado de la enmienda de 1947 que concede el derecho a votar en las elecciones municipales de las mujeres mexicanas (Morton 1962: 65-66). La implicación por Ruiz Cortines que la enmienda de 1947 sirvió como un terreno de pruebas de tipo para el derecho de las mujeres a participar en la política electoral fuertemente sugiere que los políticos involucrados activamente en el debate de sufragio federal buscaron precedentes pertinentes para el Decreto de 1953 del sufragio federal. El Decreto de sufragio de Chiapas y su lenguaje eran precisamente un precedente para ambas enmiendas federales.
Poco antes de que Vidal fue derrotado por Tiburcio Fernández Ruiz en su primer intento para el cargo de gobernador de Chiapas en 1920, Vidal amigo y aliado Ricardo Alfonso Paniagua se ayudaron a fundar el partido de Socialista Chiapas (PSCh), con la cual Vidal posteriormente se convirtió en aliado y estrechamente asociado (Benjamin 1996: 152-153). [12] Paniagua fue un organizador político joven de Bella Vista, que pasan la mayor parte de su vida y hacer un nombre por sí mismo que lucha por la justicia social en Chiapas (Gordillo y Ortiz 1999: 59, Zebadúa 1999: 153). El PSCh se formó en Motozintla, en el extremo sur de Chiapas en enero de 1920, en parte como una reacción a la represión política que los partidarios de Vidal habían enfrentado en la región (Benjamin 1996: 142 – 3, Spenser 1988: 84 – 85, Zebadúa 1999: 153). Paniagua y el PSCh correctamente canalizan malestar y descontento entre los trabajadores en las plantaciones de café de Soconusco y Mariscal, donde ha habido un aumento de la tensión entre los trabajadores y los terratenientes desde imposición de General Castro de la Ley de los trabajadores, que habían llevado algunos de los trabajadores en la región de café para alistarse en el Ejército Constitucionalista (Spenser 1988: 82). Si bien hubo una gran cantidad de superposición en términos de política y circunscripción entre Vidalismo y el socialismo chiapaneco socialismo tal como estaban desde el principio, alianza formal Vidal con Paniagua y el PSCh, sin embargo, fue decisivo para él en su segunda campaña para la gobernación en 1924, para que le prestó la base de apoyo de base carecía de su primera puja para gobernador. Por otra parte, era una pozo-organizado base de apoyo que Vidal adquirida en su nueva coalición política, compuesta en gran parte de los trabajadores sindicalizados de café en el sur, que los socialistas habían estado trabajando para movilizar políticamente (Zebadúa 1999: 154).
Fue probablemente el movimiento socialista en el Estado y sus lazos con lo que inspiró a Vidal, para promover la ciudadanía de las mujeres, ya que “igualdad de las mujeres” fue el punto central en la plataforma política del Partido Socialista Chiapaneco. La constitución del partido redactada el 13 de enero de 1920, fue explícita en este punto, describiendo los derechos de la mujer como un objetivo prioritario entre “los objetivos que persigue el socialismo”:
La igualdad de derechos para ambos sexos, como lo ha demostrado la lucha feminista en Inglaterra y los Estados Unidos y otras naciones, representa la vanguardia de la civilización, donde las mujeres han alcanzado el derecho a voto y evocando las gloriosas figuras históricas de Juana de Arco, María Josefa Ortiz de Domínguez y Leona Vicario… (Spenser 1988: 181 – 2).
Como muchas mexicanas feministas y defensores de los derechos de las mujeres en México en este período, el partido chiapaneco socialistas, entiende el feminismo en términos de los precedentes establecidos por otras naciones, los Estados Unidos e Inglaterra, en particular. Feminismo y sufragio se construyeron aquí, no sólo como un medio para lograr un orden social más justo, sino como una herramienta para alcanzar la modernidad y unirse a la “vanguardia de la civilización”. Pero los socialistas, también contextualizados su objetivo de alcanzar la igualdad entre los sexos en acta constitutiva dentro de una serie de objetivos de justicia social más amplios: el final de la explotación de los trabajadores, el logro de la igualdad de clase y el comunismo como la ” fase extraordinaria” del socialismo y lograr “el reinado de la justicia en el mundo” (ibid.).
Cuando Carlos Vidal finalmente ganó la gobernación de Chiapas en 1925, debió su victoria en gran parte al apoyo del la PSCh y a Paniagua y se enfrenta a constantes quejas y acusaciones realizadas contra él por sus oponentes del movimiento Mapache (así como otros enemigos políticos, tanto dentro como fuera del Estado), el tiempo que duró su gobierno. Vidal podría y dar pasos hacia la promulgación de la agenda de los socialistas, pero el sufragio femenino fue quizás su mejor oportunidad de hacer un guiño muy explícito y visible a sus seguidores los socialistas y la circunscripción.
Una de sufragistas femeninas más famosas de Chiapas fue Florinda Lazos León. Nació en 1898 en San Cristóbal, vivió una vida de activismo político y fue elegida para un cargo público en Chiapas a la edad de veinticuatro años (Gordillo y Ortiz de 1999: 52). Lazos pertenecía al centro anti-releeccionista de México y sirvió como enfermera en el ejército de Carranza. (ibid.). Dedicada a la lucha por los derechos de la mujer y en particular trabajó para organizar a la mujer campesina, organizar el primer Congreso de las Obreras y Campesinos en 1919 y se vio en medio del Congreso Nacional de Mujeres Trabajadores y Campesinos en 1931 (ibid.).
Lazos, evidentemente, muy mucho imaginó su propia política como explícitamente en línea con la de Carlos Vidal a mediados de la década de 1920. Por otra parte, Lazos, estableció la conexión entre las acciones y las intervenciones del gobierno federal y el sufragio a las mujeres en Chiapas, explícita en un artículo titulado “por qué han concedido derechos políticos a la mujer chiapaneca” que escribió para el periódico de Tuxtla, El Palenque en septiembre de 1925. “Justo igual que siempre,” ella escribió sobre el gobierno dirigido por el Tiburcio Fernández Ruiz, desde 19201924, “política en manos ignorantes han obstruido mi trabajo…”. Para Lazos, la participación de las mujeres en la política y los levantamientos políticos nacionales del mismo período estaban inextricablemente relacionados. Ella escribe,
… las mujeres que querían contribuir al desarrollo social de la Patria Chica, aquellas de nosotras que sentían la primera amargura de vivir con los asesinos de Madero y Domínguez, como OBREGONISTAS sinceros, mantenido disciplinado silencio, marchó de esta capital en busca de amplios horizontes ,como un propagandista de la candidatura del general Calles, para desenmascarar los falsas chiapanecos callistas que intentan repetir la burla enmascarado de 1920, asegurando la imposición [política] más detestable que hemos visto en siglos.
Hay varias implicaciones importantes realizadas aquí por Lazos. En primer lugar, si bien puede haber muy poca evidencia de que hubo participación de la mujer sustancial en la política de Chiapas en la década de 1920, Lazos aquí implica no sólo que las mujeres participan en la política, sino que lo hicieron tan bien antes el Decreto de 1925 del sufragio, que lamentan la muerte de Francisco Madero y Belisario Domínguez y apoyan activamente la Obregón y Calles. En segundo lugar, en su discusión de una protesta específicamente femenina contra el mapachismo y aquellos que ella vio como corruptores del verdadero obregonismo, Lazos dibuja una conexión directa entre la participación política de las mujeres y la relación entre los trastornos políticos federales y a nivel estatal. Para Lazos, su trabajo político como una mujer estaba siendo obstruido por el gobierno de Mapache y esto la llevó a buscar a dirigentes políticos nacionales. La consecuencia es clara: si Lazos cree que el gobierno Mapache intentó frustrar su participación política, también sintió que su mejor esperanza para su causa política, específicamente como una mujer, residía en el apoyo a la candidatura presidencial de Calles en 1924. Las mujeres en Chiapas admiten a Calles, Lazos nos dice, en parte para lograr el fin del régimen de Mapache opresivo y bárbaro. Igual destino político de Vidal se convirtió en atado a Calles, lo consideraba uno de las líderes feministas de Chiapaneca de su tiempo que su curso político profundamente relacionados a candidatura de Calles
Lazos mantiene que las mujeres de Chiapaneca habían ganado legítimamente su liberación. Ella escribe:
.. .No fueron las mujeres chiapanecas las mujeres, las ignorantes, las que “no sabían cómo juzgar un candidato” repudiaron la marioneta de Adolfo de la Huerta, e impulsaron el triunfo de un hombre como el general Calles, quien a pesar de muchos, será el honor de México y la revolución social…
Para Lazos, las mujeres de Chiapas, no sólo han demostrado su patriotismo leal en el frente de la rebelión de la Huerta de 1923, habían ayudado a salvar el honor de México y la Revolución aliándose con Calles. Además, ella se enfrenta directamente a un alegato evidente que las mujeres eran aptas participar políticamente. En la vista de Lazos, esta demostró no sólo su dedicación política y capacidad, sino también su juicio político “correcto” en la elección de permanecer fiel a Obregón (y por extensión a Calles) durante la rebelión de la Huerta y por Calles que la esperanza de México y su revolución permanente de comprensión. Las mujeres de Chiapas, sugiere Lazos, obtuvieron su liberación no sólo por derecho de nacimiento o por demostrar su capacidad y el deseo de ingresar en la refriega política, pero quizás más importante aún por demostrar su apoyo a Obregón y Calles.
Lazos no perdió el tiempo en el aprovechamiento de su nueva condición legal como ciudadano completo de Chiapas. En La Gleba, periódico de parte de los trabajadores de San Cristóbal que publicó, anunció su candidatura para diputada del Congreso para el distrito VIII, en julio de 1926. Ganó el asiento y entre noviembre de 1926 y febrero de 1927, sirvió además como el Prosecretario de la legislatura del Estado. En 1952, dando un discurso en apoyo de una enmienda federal de sufragio, Juan Sabines Gutiérrez, entonces diputado, dijo que en ese momento ya había habido dos mujeres que habían servido como diputadas en la fue una de dos mujeres elegidas para la legislatura en los años veinte y cinco intermedios. legislatura del Estado En otras palabras, Lazos,
En los años siguientes, después de su elección a la legislatura del Estado, Lazos se dedicó al periodismo y como editora de La Gleba (Gordillo y Ortiz de 1999: 52). Hay muy pocos ejemplares sobrevivientes de La Gleba, por lo que es difícil saber por cuánto tiempo continuó a ser publicado. Lazos, no permanece mucho tiempo en San Cristóbal, en su calidad de participante en congresos nacionales de las mujeres en la década de 1930, como “un abogada desde Chiapas” (Soto de 1990: 106 – 109). En este sentido, al trasladar a la política nacional el sufragio femenino, Florinda Lazos, personifica literalmente, el impacto que liberación de Chiapas tenía en México y el posterior debate sobre una enmienda federal de sufragio.
Como Florinda Lazos, Fidelia Brindis Camacho era una temprana feminista de Chiapas, quien se involucró en la política a una edad muy temprana y que utiliza el periodismo para expresarse políticamente. A diferencia de Lazos, Brindis parece que concentró sus actividades políticas feministas dentro de Chiapas. Sin embargo, como Lazos, las lealtades políticas de Brindis Camacho, iban más allá de las fronteras del Estado. Se declara como una maderista, mientras todavía era un adolescente y más tarde había apoyado la causa carrancista (Gordillo y Ortiz 1999: 31).
Recordado la contribución Brindis a la historia de Chiapas, sin embargo, fue en su capacidad como lal editora de la publicación feminista El Altruista, donde ambas se unen. Brindis a su vez era un miembro del personal de La Gleba. Lo que es particularmente importante acerca de El Altruista, es que se publicó antes del Decreto del sufragio en 1925, pero también antes de la formación del Partido Socialista de Chiapas, lo que indica que hubo feministas organizadas en el Estado independiente del Vidalismo y el PSCh. El hecho de que Lazos y Brindis evidentemente eran colaboradoras cercanas en varios proyectos, sirve para demostrar que había mujeres organizadas políticamente en Chiapas y que el Decreto de sufragio de 1925., llega como consecuencia de esa lucha.
Uno de las reacciones más esclarecedoras del Decreto del Sufragio en el momento en que fue emitido y ratificado viene a nosotros de un periódico dirigido por una muer en Comitán, llamado Balún Canán. Editado por una María Castro de Serrano, la primera edición del periódico apareció en la primavera de 1925. En su primer número, figuran “los acontecimientos más recientes o más importantes de la ciudad o del Estado” y pretende servir como “el eco de nuestra vida social” .Su encabezado de título secundario “Hogar. Familia. Patrimonio.” Mientras que el documento no fue específicamente feminista en su ideología, sus protagonistas y su audiencia fueron claramente las mujeres.
Balún Canán sistemáticamente elogió el trabajo y el comportamiento de gobernador de Córdoba. En su cuarta edición escribieron sus editores la reacción honorable de Córdoba evidentes ataques personales que había sufrido en la prensa chiapaneca, citando el gobernador como indicando que entiende que el propósito de la prensa no era para “hurtar la reputación, sino a las masas”. “Esta es la primera vez que lo hemos visto, “declaró el documento, “porque ha sido la costumbre de los políticos chiapanecos luchar contra los insultos con insultos”.
La alta opinión las mujeres sobre el gobierno de Córdoba anterior a ña emisión del Decreto del sufragio, aporta especialmente de relieve la reacción registrada ante el Decreto:
Gobernador de Córdoba no quería dejar a nosotras sin una concesión al sexo femenino en una gallardía: a conceder a nosotras el mismo civil derechos que hasta ahora sólo los hombres han disfrutado. Las mujeres le agradecemos esta acción, como bizarro y noble como lo fue Cortés. […] Sinceramente, creo que la mayoría de nosotras, las mujeres chiapanecas entendemos que este acto está inspirada por la más pura buena fe — en una palabra, en la mayor buena voluntad y no, como algunos otros creen, en un espíritu de vanidad o exhibicionismo. Es suficiente que al desearnos el bien de considerarnos con iguales derechos que los hombres se distanció de esa perversidad.
Varias cosas se hacen evidentes. En primer lugar, mientras que no es un periódico feminista, las mujeres que han trabajado para producir Balún Canán fueron claramente interesadas en cuestiones que afectan a las mujeres de Chiapas y todavía no esperaban su liberación política como último acto de Córdoba en el cargo.
El artículo continúa:
Es una vergüenza terrible que este regalo político debe ser tan incoherente y frágil, tan insustancial, que todavía no podemos tomar ventaja de la misma a pesar de que sin lugar a dudas el gobernador Córdoba desea; este regalo conocido tiene la transparencia que sugieran la presencia de una pompa de jabón, con la desventaja positiva que destruye la más ligera brisa. […] Pues bien, si sólo teníamos la cultura de América del Norte o Europa, pero en este sentido, aunque nos a confesarlo entristece, aún estamos en pañales, y desde aquí necesitamos aún muchos años para que esta proposición noble de gobernador de Córdoba a convertirse en una hermosa realidad.
Contrariamente a Florinda Lazos, el decreto le es útil para postularse legalmente para un cargo público, sólo un año más tarde. Mientras tanto las mujeres de Balún Canan a regañadientes dudaron de eficacia potencial del Decreto. Haciendo eco de los sentimientos de muchos a lo largo de los debates sobre el sufragio federal mexicano, que no consideraban la sociedad chiapaneca preparada para materializar el Decreto. Lazos León, fue, sin duda, inusual en el ámbito de sus logros políticos y ella era una figura excepcional de tal sugiere que muchas mujeres en Chiapas probablemente reaccionaron a su nueva ciudadanía con una actitud más similar a la de la gratitud extremadamente escéptica de la periodista comiteca.
La situación excepcional de Florinda Lazos León, es apoyada recobrada en cobertura periodística de los debates federales sobre una enmienda al sufragio femenino nacional. Varios artículos en periódicos de Chiapas, se discutió la enmienda de sufragio municipal-nivel nacional de 1947 y la enmienda de sufragio completo federal de 1952, mencionan que las mujeres lo habían primero totalmente en Chiapas. Las formas que el precedente de Chiapas fue descrito en retrospectiva por periodistas en el estado variaban ampliamente, que desde el orgullo, al desinterés absoluto. De hecho, El Heraldo se publicaron en respuesta a l diversas opiniones respecto a la enmienda federal 1952 de sufragio. El 13 de diciembre de 1952, Ramiro de Aguilar :
En Chiapas, esto no es algo nuevo, desde hace ya muchos años los derechos de las mujeres han sido reconocidos legalmente y algunas mujeres han logrado ocupar los puestos de diputados locales y presidentes municipales, aunque en última instancia, es algo que ha disminuido y ninguna mujer en la actualidad [ahora] ocupa una posición de representación pública.
Dos semanas más tarde adoptó una perspectiva orgulloso en el sufragio de chiapaneca, escribiendo que “voto de la mujer no es algo nuevo en Chiapas, ya que fue concedió hace tiempo [aquí], que indica lo progresistas que se era en la región.”
La descripción de Aguilar, sobre el sufragio en Chiapas, lo muestra como un fenómeno que había caído en el olvido político por la década de 1950 es probablemente precisa. Florinda Lazos, ejerció sus derechos políticos plenos pero lo hizo en el momento en que fue emitido, un momento de relativo radicalismo político en el Estado. El sufragio femenino soportado sobre el papel en Chiapas, al parecer no fue una reforma duradera en la práctica.
CONCLUSIONES
Para que el voto y el ser votada fuera considerado como un derecho de la mujer mexicana, al nivel nacional, debió de llegar a la Presidencia de la República el señor Adolfo Ruiz Cortines, que gobernó al país de diciembre de 1952 a noviembre de 1958. Para llegar a la culminación constitucional las mujeres mexicanas sostuvieron una permanente lucha, más bien por la incomprensión del varón que por obstáculos de otro género. De don César Córdova a don Adolfo, existe un paréntesis temporal de 27 años.
A María Serrano le toca desde la mira que le proporciona el periódico que ella dirige Balun Canan ser testiga de un hecho que rompe un paradigma largamente preservado, la posibilidad de votar y ser elegida a cargos de representación popular. Ella publica en su diario el decreto firmado por el Gobernador César Córdova, y señala como muchas aun continuamos protestando cuando las o se cumplen, que no solo sean palabras.
Gracias a un grupo de cronistas comitecos, le podemos dar nombre y apellido a María Serrano, su nombre completo María Castro de Serrano, ella es mamá de la actriz Irma Serrano y esposa del poeta y periodista Santiago Chanti Serrano, dueño de la imprenta La Sirena, que aun sobrevive con el mismo nombre en la primera sur poniente.
En esa época, Chiapas registra la primera diputada local, la maestra Florinda Lazos, con una larga trayectoria favor de los derechos de la mujer. “Votar y ser postuladas a cargos de elección popular fue un sueño que llevaba de la mano poder lograr reformas legislativas en beneficio de las mexicanas”, destacó la feminista.
Por otra parte el feminismo anglosajón presenta diferencias frente a lo que vivieron nuestras heroínas, es nuestra primera diputada local la profesora Lazos León, quien escribe sobre ello…el feminismo mexicano se levanta, no con las ansias del norteamericano, no con el deseo de imperar una secta ,porque somos liberales ,no con el miraje de abandonar el hogar, porque el historial de la mujer mexicana no permite tal suposición, el feminismo que hoy representamos está formado por mujeres soñadoras de lo infinito, clásicamente hogareña que hemos, fundido en la fragua apocalíptica de la naturaleza, los factores hombre y mujer, para formar el exponente máximo de la humanidad, la humanidad civilizada.
Resulta curioso que quien describe el feminismo a la chiapaneca y por ende a la mexicana, como suave y aterciopelado, como dudando de salir de la cocina y pasar a la calle, sea quien recorrió el país, participando en el Frente Pro Derechos de la Mujer, organizando Congresos y dirigiendo semanarios como La Gleba que se publicó en San Cristóbal de las Casas.En esta etapa del movimiento de liberación de la mujer destaca el hecho que son maestras y enfermeras, quienes participan
En otros ámbitos el movimiento de 1910, trajo consigo beneficios a la población femenina ya desde 1914 las mexicanas lograron protección legal con la Ley del Divorcio, la Ley de Matrimonio en 1915 y la Ley de Relaciones Familiares, en 1917.
La chiapaneca Marcelina Galindo Arce participa de la vida política de México en la XLIII legislatura de 1955-1958. Fue la primera mexicana que tuvo acceso al Colegio Electoral y senadora suplente antes que ninguna mexicana pudiera ocupar una curul en la Cámara alta como titular de 1958 a 1964.
A los 26 años inicia su carrera como periodista al colaborar con el semanario Mañana, una vez envuelta en el mundo de las noticias funda al lado de Regino Díaz Redondo, la revista Información y a la que renuncia al asumir la candidatura para diputada federal. En 1958 retoma el camino del periodismo al fundar la revista Mujeres, editada durante 24 años
Rosario Marín, presidenta municipal Motozintla en el periodo de gobierno de Efraín Aranda Osorio, fue la primera presidenta municipal en Chiapas y Blanca Ruth Esponda Espinosa, originaria del municipio de Jiquipilas, con Doctorado en Derecho Público, fue la primera Senadora de la República por el Estado de Chiapas al Congreso de la Unión (LIV Legislatura 1989-91).
Hoy nos encontramos con el concepto de Democracia Paritaria, que se define como una representación equilibrada de hombres y mujeres, de forma que ninguno de los dos sexos tenga una presencia mayor al 60% ni menor al 40%. Y no es por lo tanto la cuota del 40% para las mujeres. La cuantificación numérica de la presencia de ambos sexos, es una estimación a partir de la cual creemos que la sociedad y los partidos políticos se irán acostumbrando a incorporar mujeres y hombres a partes iguales. El objetivo es que llegue un momento que no tengan que existir cifras definitorias de la equidad, porque de hecho existirá igualdad en el acceso y permanencia de las mujeres en la política.
La democracia paritaria es una necesidad de la democracia, y solamente tenemos que comprobar cómo son aquellos países en los que se produce una mayor representación de las mujeres en la vida social y política, donde encontramos mayor desarrollo económico y cultural, y donde mayor garantía y respeto tienen los Derechos Humanos. En momentos como el actual, cuando le han surgido tantos enemigos a la libertad, procedentes unas veces del terror y otras del miedo, quienes creemos que sólo con más democracia podremos resolver los interrogantes que nos plantea el mundo que nos ha tocado vivir, tenemos la obligación y la posibilidad de apostar claramente por la democracia plena, con las mujeres y con los hombres
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